Existe una nueva epidemia que está amenazando la salud e, incluso, la vida de
los adolescentes españoles: la anorexia y la bulimia.
La importancia que se
concede al aspecto físico en la cultura occidental influye a muchas
personas que se sienten descontentas con su imagen.
Antes de hablaros de los
síntomas de estos trastornos, me gustaría que reflexionemos acerca de nuestra
cultura y de una etapa de la vida bastante complicada, la adolescencia. Parece
que tanto la anorexia como la bulimia son especialmente frecuentes desde los
años 80, en la cultura de los países desarrollados y en la segunda década de la
vida.....
Los medios de comunicación
tienen mucho que ver con todo esto: constantemente nos llueven mensajes acerca
de lo que constituye ser una persona atractiva y de éxito, especialmente
dirigidos a las chicas. La belleza física aparece siempre asociada al éxito
social y profesional. Todos conocemos los nombres de las top-models, pero a
casi nadie le suenan los nombres de mujeres con logros personales tan
importantes como descubrir tratamientos eficaces para una enfermedad o defender
los derechos humanos. Las librerías, los programas de televisión, las películas
nos ofrecen abundantes modelos de cuerpo ideal que no son de ningún modo
ideales: primero porque muchas veces los modelos son montajes de varias fotos
retocadas y no existen en la realidad; y segundo, porque es subestimar a las
personas el condenarlas al éxito o al fracaso por uno solo de sus múltiples
atributos, el aspecto, que además es una de las características más
determinadas genéticamente y por lo tanto menos controlable (talla y peso). De
la misma forma que se nos recuerda cómo debemos ser (altos, estilizados,
guapos, vestidos a la última) se nos sugiere cómo podemos conseguirlo: dietas
milagrosas, operaciones de cirugía estética, productos de belleza y ropa de esa
que llevan las escuálidas modelos que vemos en los desfiles. ¿Os habéis dado
cuenta de que todas las propuestas son bastante caras, y que no se nos ofrecen
alternativas más económicas y saludables como hacer ejercicio, comer de forma
equilibrada o simplemente dejar de preocuparnos tanto por nuestro aspecto y dedicarnos
a cosas más interesantes para resultar más atractivos?.
Por todo esto hablar de
anorexia y bulimia es cuestionar nuestra cultura. Necesitamos una renovación de
nuestros valores y de nuestras conductas. Necesitamos, sobre todo, definir lo
atractivo con parámetros más amplios, para que la mayoría de las personas, y no
sólo una pequeñísima parte, pueda sentirse bien con su apariencia personal.
Necesitamos poner énfasis en otras características (ingenio, integridad,
talento, inteligencia, sentido del humor...) a la hora de evaluar la valía de
las personas. En este sentido las medidas que desde el mundo de la política, de
la moda o de la salud se están tomando son prometedoras porque van dirigidas a
la raíz de estos problemas.
¿Y porqué los adolescentes sois los
más vulnerables? Seguro que si lo pensáis podéis identificar
bastantes factores de riesgo: una gran sensibilidad a la opinión de los demás,
una cierta inseguridad respecto a lo que os gusta y lo que queréis que os lleva
a seguir las modas, cambios físicos que os hacen dudar de vuestro aspecto,
tiempo libre para consumir mucha televisión y ser el blanco favorito de la
publicidad...
Prácticamente todo el mundo
tiene algún motivo de queja relacionado con su cuerpo, algún rasgo o alguna
parte que le resulta desagradable y trata de disimular. Esto no es nada
patológico. Al contrario, una de las mejores cosas que podemos hacer para
mejorar nuestro aspecto es conocer nuestros defectillos y tratar de que no se
noten demasiado, a la vez que conocemos nuestros puntos fuertes y sabemos
resaltarlos. En este sentido los chicos y las chicas difieren bastante:
mientras que ellos suelen evaluar sus cuerpos de forma realista, las chicas nos
vemos habitualmente como más gordas y menos atractivas de lo que nos ven los
demás. Nuestra queja más frecuente es acerca de la grasa, que se acumula en
mayor proporción en nuestros cuerpos desde la pubertad como parte de nuestro
proceso de desarrollo natural. Esta distorsión de la imagen incrementada en las
chicas se debe en gran medida a razones sociales y educativas.
Os hago las siguientes
sugerencias para sentiros bien con vuestro propio cuerpo:
Cuando te
mires al espejo, asegúrate de percibir qué es lo que te gusta de tu apariencia
y recuérdatelo.
Rompe el
hábito de comparar tu apariencia con la de los demás.
No comentes o
critiques la apariencia de los demás.
Aprende a
vestirte cómodamente, antes que a la moda.
Cuando
conozcas a otros, céntrate en algo concreto al margen de tu apariencia:
esfuérzate por ser interesante, ingenioso, simpático y una persona que sabe
escuchar.
Huye de
aquellos medios de comunicación que te hacen sentir mal con tu cuerpo y tu
aspecto.
Elogia a las
personas por otras razones que no sean la apariencia física.

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